Tradición familiar en Plaza Santander
- tejedoresipes
- 14 dic 2016
- 2 Min. de lectura
Nora conoce la Plaza Santander casi tan bien como se conoce a sí misma, pues ha estado ahí desde que tenía tres años, cuando todavía ese espacio no era constituido una plaza. Su mamá trabajaba vendiendo frutas y verduras y la llevaba con ella.

Ahora, siendo una mujer con tres hijos, Nora sigue trabajando en la Plaza y gracias a que tiene una clientela fiel ha podido mantenerse vigente en el negocio. Son 50 años trabajando en la Plaza Santander y cuenta la trayectoria de la Plaza con cada detalle, asegura que… “cuando mi mamá trabajaba acá eran como unos cuatro puesticos, unos tolditos.” Además, afirma que antes las plazas se llenaban de gente los domingos, una tradición que se ha perdido; sin embargo, el IPES busca revitalizar las dinámicas entre la ciudadanía y las plazas de mercado.
Nora nos cuenta que la Plaza Santander es idónea por su ubicación, “esta Plaza está bien ubicada sobre la primera de Mayo, sobre la Veintisiete, sobre la Treinta.” De manera que es nuestra tarea conocer mejor la oferta alimentaria que allí tienen, pues es un lugar de fácil acceso con vendedores cálidos que proporcionan a los visitantes un excelente servicio.

Después, hablamos con Nora de sus productos, ella vende jugos, los tiene embotellados y organizados por colores, todos se ven deliciosos y refrescantes, además en el fondo de su local se puede ver un letrero “deliciosos helados”, entonces nos habla de los productos que tiene: “Yo entre semana saco poquitos sabores, pero el sábado y domingo si saco de otros sabores. Ahoritica hay de guanábana, crema de fresa, de limón, de naranja, esos son los que más.” Nora no duda en ofrecernos un jugo de naranja de cortesía, sonreímos agradecidos y le preguntamos igual “¿cuándo cuestan los jugos?”, ella sonríe de vuelta, como apenada, y contesta: “acá los tengo baratos para que se vendan.” Y sí, teniendo en cuenta el generoso tamaño del vaso y la frescura de las frutas $2000 es un excelente precio e incluye la ñapa.
Así, terminamos otro día entre frutas, verduras, tubérculos y jugos con Nora presentándonos a otro personaje de la Plaza de Santander, una señora, llamada Bernarda Arévalo, de 93 años que tiene un restaurante especializado en el famoso corrientazo.

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