Hay que consentirlos

Belén Aguirre dice que su vida cambió desde agosto del 2016, mes en el que el IPES la seleccionó como beneficiaria del programa “Antojitos para todos”. Este programa busca favorecer a personas mayores de 60 años y/o personas con discapacidad mayores de dieciocho años. Ella ahora trabaja en la Alcaldía la Candelaria, vendiendo dulces, gaseosas, galletas, chicles, paquetes surtidos y su especialidad: arepas con queso frescas con avena caliente, que vende como un solo combo.

Belén nos contó… “yo trabajaba en la 11 con Décima frente al Gran San y duré once años trabajando allá”, además nos aseguró que era un trabajo complicado con muchos altibajos, desde el clima, pasando por las ganancias, hasta la seguridad; su trabajo en las calles era inestable y difícil. Sin embargo, desde que optó por aceptar la alternativa que el IPES le ofreció, “Antojitos para todos”, habla de otras circunstancias más favorecedoras: “mi vida ha cambiado para bien (…) acá estoy más tranquila, no me mojo, no me asoleo, uno siempre debe buscar lo mejor para uno.”

Con alegría nos habla de sus ventas y nos muestra el surtido que tiene, nos advierte que no puede vendernos unos halls que tiene reservados para uno de sus clientes más frecuentes, nos dice que hay que consentir a los que “le hacen el gastico” y, al parecer, el señor de los halls le hace el gastico diario.

Con respecto a las ventas y a su nuevo lugar de trabajo Belén nos afirmó: “aquí me tratan muy bien y me quieren mucho (…) El día que más vendo es cuando hacen eventos”. También se refirió a la constancia como un elemento clave para el éxito en su negocio, “todos los días vengo, eso sí soy constante”. Así concluye nuestra visita, comiendo arepa y tomando avena, ambas frescas, ambas con sabor hogareño inigualable.