Nuestros vendedores informales: un acto de fe
- María Victoria Martínez Martínez
- 24 feb 2017
- 3 Min. de lectura
Dentro del aspecto humano de quienes han sido favorecidos por la política que sobre Espacio Público y Vendedores Informales tiene el Distrito capital, aparecen dos grandes grupos diferente uno del otro, pero unidos por intereses comunes y por esto le apuestan al cambio.
Ellos son los Artesanos y los Indígenas que a fuerza de falta de oportunidades, se convirtieron por razones del azar en Vendedores Informales.
LOS ARTESANOS DE LA ROTANDA SANTA FE:
Son aquellos seres maravillosos que con sus manos rudas y ásperas, le dan vida a un tronco de madera, le sacan lágrimas al mazapán, no existe semilla que se resista a su ingenio, el totumo lo convierten por arte de magia en un elemento suave y brillante sobre el cual pintan infinidad de elementos, manos prodigiosas manejan los telares de donde salen ruanas multicolores y bufandas; el barro se convierte en vasijas e iglesias, el delgado alambre se pone a volar en forma de luciérnaga, la guadua regala su textura para ser transformada en palo de agua, y no falta quien le arranque melodía a través del pentagrama de las notas musicales.

De San Jacinto llegan las hamacas de colores surtidos, fuertes, combinados; los Arahuacos participan de este festín de variedad y de color con sus mochilas que muestran a través de sus tejidos toda una cultura ancestral, donde lo principal es el sentimiento que las mujeres les impregnan al tejerlas.
El lienzo esa tela sublime que permite ser tatuada, tiene sus claros expositores, uno de Ellos es Morel, persona inteligente, contestaria y llena de sabiduría, con conocimientos reciclados de tantas lecturas y observación de la vida, tiene la plena certeza de estar haciendo las cosas bien y su imaginación vuela recreando formas y colores, seres indígenas brotan como genios salidos de una cosmogonía de ensueño, recreando su historia.
Este grupo de personas, son de condición diferente, en su mayoría comprometidos con causas justas, han sido herederos de épocas en donde el hipismo, la marihuana, las flores, y el lema paz y amor los marcaron, esta época los moldeó, aquí crecieron, aprendieron el oficio de artesanos, se hicieron hombres y mujeres, que han aprovechado las oportunidades que se les han brindado.
Ellos si conocieron el verdadero valor de lo que hacían, porque fueron sus manos las artífices de esta creación, dejando en cada elemento artesanal sus sentimientos; Su deseo de ser grandes artesanos, de obtener reconocimiento y de ir mejorando cada día su producción, los llevó a capacitarse en su oficio.

Añoran esa época cuando sus manos tallaban la madera, amasaban el barro, le sacaban sonido a la guadua; hoy día ya no hay tiempo ni el dinero suficiente para continuar como artesanos, porque mientras que ellos hacen una figura tallada en madera, esa misma figura industrializada invade el comercio y tienen que ceder a la tentación de comprarla en vez de trabajarla.
De pronto de algún sitio surge la figura de Mateo, ese hombre alto, trigueño, de cabellos largos y manos ingeniosas; las cuentas de colores se mezclan y se entrelazan en cordones formando los collares más preciosos que jamás se hayan visto, los cuales cobran vida en el cuello de alguna dama, este ser de alma buena, cuestiona la vida, las políticas del Distrito, a todo dice que no, para cambiar luego por un sí y agradecer las oportunidades que le han brindado.

No se puede dejar de lado a Armando, aquel hombre de sonrisa abierta y ojos expresivos, relata la época en que sus manos se adherían a la madera para producir poemas convertidos en bellas tallas, cuenta que usó cabello largo, y vivió como hippie, narra cómo algunos de sus amigos se quedaron en la droga; hoy día le apostó al cambio, inició un proyecto con otros dos compañeros de lucha, trabaja incansablemente por sacar adelante su negocio y refiere que con mucho esfuerzo y tesón lo va a lograr, además vive agradecido de tener un local muy bien ubicado, apoyado por las políticas del Distrito.
Nuestra autora:
María Victoria Martínez Martínez. Primera ganadora del concurso "Cuéntanos la historia."

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