Esperándolos con los brazos abiertos
- tejedoresipes
- 15 mar 2017
- 2 Min. de lectura
Los centros comerciales tienen como propósito ofrecerles a los comerciantes la posibilidad de emprender su propio negocio y de integrarse a la formalidad. Esta alternativa ha acogido a 168 nuevos emprendedores que, desde 2016, han logrado llevar sus ideas a la realidad y junto al Instituto para la Economía Social-IPES, construyen diariamente una Bogotá Mejor Para Todos.
Un ejemplo sobre las personas que aceptan llevar sus sueños al siguiente nivel es Laura Eugenia Duque Rodríguez, quien aceptó la oferta comercial que le brindó la Entidad y ahora es la orgullosa beneficiaria de una cafetería en el centro comercial Caravana. Ella nos contó un poco sobre su vida y sus proyectos.

Con cinco hermanas Laura sabe lo que significa ser una mujer independiente y trabajadora, desde joven le ha gustado su autonomía y ha trabajado por mantenerla. Durante la entrevista aceptó que trabajar de manera informal en las calles era un gran obstáculo en su crecimiento personal…“estaba trabajando muy inestablemente. Les estaba vendiendo a mis amigas o me hacía en una esquina donde veía transitar gente y con eso me sustentaba.”

Ahora el horizonte tiene nuevos colores y el color que mejor la representa es el de la esperanza, pues con su amplia sonrisa y la gratitud que la embarga; podemos estar seguros de que el futuro de Laura pinta muy bien. Ella es un verdadero ejemplo de constancia, pues reconoce que el arduo trabajo es el mejor aliado en un nuevo negocio. Con algunos objetivos claros en mente Laura nos comenta…“mis planes, gracias a la gran estabilidad que me brinda el IPES son fortalecer mi trabajo, abrir nuevas líneas… en este momento estoy comercializando y fabricando empanadas horneadas, pero considero que puedo colocar mis helados de paila, porque los sé hacer y bueno, era lo que estaba esperando. Estoy muy agradecida, gracias IPES y gracias Dios ante todo.”
Sus ojos no paraban de brillar y sus proyecciones ya adquirían un tinte de realidad que Laura bendecía. Durante nuestra conversación se nos ocurrió preguntarle por la receta de los helados de paila, cuya tradición ancestral los hace famosos en nuestro país. “Los helados de paila son unos helados artesanales se hacen con la pulpa de la fruta que se van colocando en una paila y dándole vuelta a esa vasijas de cobre, (…) la trasmisión del frío y al ir uno mezclando la glucosa de la frutas lo va convirtiendo en helado natural… Nuestros ancestros lo hacían en una vasija y viene de Ipiales. (…) Lo aprendí hace muchos años, aunque mi fuerte son las empanadas al horno. Los espero a todos para que degusten ambos.”
Al final de la jornada Laura abraza a varios colaboradores del Instituto que fueron los responsables de ofrecerle la alternativa y se despide alegremente; entre efusivos apretones de mano, ella nos dice una vez más: “allá los espero con los brazos abiertos.”
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