Andrea Perdomo, empresaria, comerciante y comunicadora social empírica de la plaza 7 de Agosto
- tejedoresipes
- 3 oct 2017
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“Vivo muy agradecida con el IPES por haberme dado la oportunidad de estudiar el diplomado Gestión de la Cadena de Abastecimiento y Logística en la Universidad Nacional. Nunca en mi vida había entrado a una universidad, así que me creí el cuento, me lo goce y me ayudó a llenar el vacío que tengo de no haber podido estudiar Comunicación Social, carrera que me apasiona y que por circunstancias de la vida nunca puede estudiar”, aseguró Andrea Perdomo, comerciante de la plaza 7 de Agosto.
Ella tiene 36 años de edad y es la sucesora de dos generaciones de trabajo en la plaza. Su bisabuela y su madre fueron fundadoras de la plaza hace 60 años, cuando era un parqueadero de buses municipales y los campesinos de Boyacá y Cundinamarca llegaban los fines de semana con sus canastos a vender lo que producían las tierras.
El campesinado empezó a crecer y consecutivamente las ventas, a tal punto que el parqueadero que inicialmente era para los buses tomó un sesgo de plaza de mercado. Recuerda que trabaja desde que tenía 9 años, cuando era permitido que los niños acompañaran a sus padres y era la todera de la plaza; desgranaba mazorca, alverja y era la mensajera de todos los campesinos de la plaza.
Pasaron los años y Andrea prácticamente se crio en la plaza. Estudiaba en las mañanas 4 horas y el resto del tiempo estaba colaborándole a su madre en el negocio. “Amo esta plaza y lo que hago lo llevo en la sangre; primero nos ha dado de comer a toda la familia por parte de mi mamá, aprendí empíricamente a comprar, negociar y seleccionar las frutas de mis dos locales, que son de los que más venden”, aseguró Perdomo entre risas.
Sueño frustrado
“Desde pequeña me ha gustado la comunicación social y aunque nunca tuve la oportunidad de estudiar, siento que la ejerzo todo el tiempo con los clientes y con la gente de la plaza. Perdomo asegura que es ella la que hace la comunicación entre los comerciantes, los reúne para tomar decisiones, es la vocera en las reuniones que hacen entre ellos, le fascina atender, negociar con los clientes y recurren a ella cuando hay un problema en la plaza, pues es una líder innata.
Nos cuenta en entrevista que alguna vez intentó decirle a su esposo que quería entrar a la universidad a estudiar y la repuesta fue no, pues le aseguraba que iban a perder tiempo valioso en pareja, y que no se iba a ser cargo de la niña que tienen mientras ella estudiaba; por ende, no le autorizó y su sueño quedó frustrado.
Diplomado:
“Fue la mejor experiencia que he tenido en mi vida y agradezco al IPES por haberme dado la oportunidad de haber estudiado en la Universidad Nacional. Me creí el cuento, llegaba a las clases de primera y hacia mis tareas súper juiciosa, además aprendí un montón y ahora lo estoy aplicando en mi negocio para hacerlo cada vez más grande y competitivo”, dijo Andrea con gran ilusión cuando se le entrevistó
Empresaria de la plaza:
Hace cinco años adquirieron una finca en Viotá Cundinamarca, en donde siembran aguacate, mandarina, naranja, yuca y guanábana. Ella misma viaja cada 15 días a revisar las cosechas y las trae para vender y proveer a otros comerciantes de la plaza.
No solo es una gran empresaria, aparte de tener dos locales se ha convertido en unas de las grandes proveedoras de la plaza y la última noticia que nos contó es que han llegado de varios fruver a negociar para que también les venda.
Sueños:
“Quiero seguir en esta plaza unos 10 años más mientras termino de darle la educación a mi hija porque quiero que ella sea profesional, aunque me ha dicho que cuando me retire quiere coger las riendas del negocio”.
Andrea se ve en una finca con su esposo sembrado la tierra y con muchos animales dándoles de comer, acostándose temprano y disfrutando de su renta, manteniendo una vida tranquila y feliz.








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