Julio Vanegas, el emprendedor de la plaza 12 de Octubre
- tejedoresipes
- 27 nov 2017
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Julio Enrique Vanegas es un comerciante de la plaza 12 de Octubre, lleva trabajando 2 años y tiene dos locales con su esposa. Uno de venta de comida, collares y snacks para mascotas y el otro de plásticos y desechables.
“Tengo 65 años de edad, nací en Bogotá y de todos los trabajos que he hecho en mi vida, creo que estar en la plaza me ha llenado como persona, he conseguido muy buenos amigos y me siento dichoso y muy agradecido con el IPES por haberme dado la oportunidad de estar acá”, afirmó al inicio de la entrevista Julio Enrique.
Viene de una familia muy humilde del sur de la ciudad y aunque solo pudo estudiar el bachillerato por cuestiones económicas, siempre ha tenido facilidad para relacionarse con la gente y particularmente para ser buen vendedor.
Desde que terminó la secundaria, se independizó de su casa y empezó a trabajar en ventas de electrodomésticos, máquinas de coser, productos infantiles y hasta seguros médicos en entidades prestadoras de salud.
Conoció a su esposa por casualidades de la vida; justo el día que se iba de la empresa donde trabajaba, llegó una mujer a comprar una nevera y después de mucha empatía y salidas a bailar, decidieron formalizar el noviazgo y hoy llevan más de 25 años de matrimonio.
“No creo en las casualidades de la vida y estoy seguro que ese día estaba programado para que nos conociéramos y empezar una relación. Ese fue amor a primera vista, tenemos una relación muy bonita y tres hijos que gracias a Dios hemos logrado sacar adelante con nuestro esfuerzo y trabajo de 40 años”, comentó Vanegas.
Después de pasar por cerca de 10 empresas, en donde se desempeñó como vendedor, decidió incursionar en otra labor, pues lo que ganaba no era suficiente para mantener a su familia. Uno de sus hobbies favoritos siempre fue la carpintería, oficio que practicaba con los muebles de su casa y los vecinos que, según él, le daban trabajitos porque era muy pulido.
“Con mucho esfuerzo y después de hacer mis primeros pinitos, monté mi local en el primer piso de mi casa; me empezó a ir bien y tuve la oportunidad de ampliarme a un espacio más grande. Todo iba de maravilla hasta que me enfermé por chupar tanto polvo y aserrín y por decisión médica me tocó retirarme, o de lo contrario mis pulmones se iban a afectar más de lo que estaban”, comentó Julio.
Estuvo mucho tiempo desempleado hasta que un día recibió una llamada de su cuñado para decirle que en la plaza 12 de Octubre había muchos puestos disponibles y que si le interesaba podía ir conocerla y acercarse al IPES para radicar papeles.

No lo pensó dos veces y aunque vio la plaza algo vacía, decidió probar suerte y aplicar para montar su negocio. Una vez radicó los papeles en el Instituto, a los ocho días le dieron respuesta positiva para empezar a trabajar.
“Al principio me costó trabajo adaptarme y más porque los comerciantes no eran muy amables. Sin embargo solicité al IPES permiso para modificar los módulos y construir uno más cómodo, para lo cual me apoyaron, pero mis compañeros no, porque creían que no lo iba a terminar y que botaría la plática”, afirmó.
Utilizó sus habilidades en carpintería y modificó el módulo de tal manera que fuera más visible y apto para vender. En poco tiempo, los comerciantes vieron que había terminado la obra, a la que no le creían, y empezaron a pedirle ayuda para adaptar los demás. A partir de ahí, se ganó la confianza de todos y se convirtió en un líder, pues hace parte del comité de convivencia, es la persona que incentiva a los comerciantes para la realización de eventos en la plaza y al que todo le consultan en materia de carpintería y logística.
El IPES le dio la oportunidad de hacer el diplomado con la Universidad Nacional en Logística y Gestión de la Cadena de Suministro, además de otros cursos como atención al cliente, finanzas, exhibición de producto entre otros.
“Estoy muy agradecido con el IPES porque me ha dado la oportunidad de estudiar y aunque no pude hacer una carrera por falta de plata, todo ese conocimiento lo he apropiado para el beneficio de mi negocio y ser cada vez más competitivo”
A partir del año entrante quiere empezar a vender al por mayor; y para eso va a empezar a tocar puertas con industrias de plásticos para acceder a un crédito y utilizar su furgón para empezar a abrir mercado.
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