Claudia Suarez: pasó de arreglar las verduras a ser una de las mejores vendedoras de la plaza 7 de A
La plaza distrital de mercado 7 de Agosto es una de las plazas más visitadas en Bogotá, no solo por su ubicación estratégica, también por tener una gran variedad de productos frescos que vienen directamente del campo, lo cual ha permitido un reconocimiento y posicionamiento entre la ciudadanía.
Allí trabajan cerca de 300 personas, entre la cuales hay un sin número de historias, talentos y ejemplos de vida. Claudia Suárez es una mujer humilde que vive en Ciudad Bolívar, madre de tres niños, que ha logrado sacar adelante gracias a su carisma a la hora de vender y convencer para comprar los productos que comercializa su patrona.
“Llevo en la plaza 13 años y he pasado por todos los puestos en esta plaza. Inicialmente estuve en las cocinas pero la señora con la que trabajaba quebró, entonces pase a la parte del fruver y empecé inicialmente a ayudar a empacar, pesar y pelar; ahí todavía no tenía contacto con los clientes”, aseguró Claudia.
Un día la dueña del local no pudo ir a atender, por lo que la llamó y le dijo que aparte de arreglar la verdura y la fruta debía ayudarle a vender. Ese día casualmente se vendió más de lo que lograba vender la patrona en toda una semana.
Al otro día, regresó al local y con gran sorpresa vio que las ventas se habían aumentado de manera considerable y quiso volver a ponerla a prueba. Se dio cuenta que Claudia no solo era ordenada, también tenía una habilidad increíble a la hora de vender como si tuviera experiencia y conociera los gustos de los clientes.
“Desde pequeña me ha gustado mucho relacionarme con la gente y pues creo que la clave está en ser muy atenta, escuchar al cliente y siempre darles soluciones a lo que ellos les gusta y pues gracias a Dios desde ese día mi jefa me encargó de las ventas y nos ha ido muy bien; con decirle que muchas ya me quieren llevar para sus negocios”, dijo entre risas Claudia.
Está trabajando duro para poder montar su propio local y lograr independizarse para trabajar para ella y su familia. Al terminar la entrevista, quedé gratamente impresionado con su facilidad de expresión y amabilidad con la gente. Estoy seguro que son de las personas que nacen con un don y, en este caso, sin lugar a dudas el de las ventas.
